Curar rapones y heridas en los niños
Los niños están continuamente jugando, saltando... y se caen a menudo.
¿Cuál es la mejor forma de tratar las cortadas y raspones del niño?
1. Primero que nada, lávate bien las manos antes de revisar la herida.2. Si la herida está sangrando, aplica presión con una toalla o tela limpia hasta que el sangrado se detenga. De ser posible, eleva la parte del cuerpo que sangra por encima del nivel del corazón de tu niño (pon su brazo o pierna en una almohada, por ejemplo).
Nota de seguridad: si el sangrado continúa después de diez minutos de hacer presión directamente sobre la herida, lleva a tu niño a la sala de emergencias de tu localidad.
3. Una vez que pare el sangrado, revisa la herida para ver si encuentras vidrio, polvo o cualquier material extraño. Si ves algo, trata de quitarlo poniendo la herida bajo el chorro del agua. Si eso no funciona, trata de quitar cuidadosamente lo que lastima a tu bebé con unas pinzas limpias.
Nota de seguridad: si algún objeto está muy incrustado o algo muy grande está atorado en la piel de tu niño, no trates de quitárselo. Eso podría causar más sangrado. Es mejor que lleves a tu hijo al centro de emergencias más cercano.
4. Lava cuidadosamente la herida con jabón y agua tibia. Seca con cuidado la piel dando unos golpecitos ligeros con una toalla o un paño seco. Si tu niño protesta mucho cuando le lavas la herida, intenta sumergir el área afectada por completo en una tina.
Nota de seguridad: soplar en la herida podría causarle algo de alivio, pero no es recomendable porque puedes depositar más gérmenes con el soplido.
¿Qué hacer cuando la lesión es grave?
Lo primero que debes hacer es observar si el sitio en el que ha tenido el incidente que ha generado la herida es susceptible de causar otros problemas añadidos ( mira si hay arena sucia, astillas, presencia de óxido, de cristales, etc) y despues...
- Lo adecuado es lavar la herida con agua al chorro y jabón, pero al no estar en casa, tendrás que buscar una fuente o conseguir una botella de agua o suero fisiológico. Lava a conciencia para eliminar restos de gravilla o suciedad, perono arrastres nada por la lesión.
- Si es posible, debes levantar la zona herida por encima de la altura del corazón de tu hijo; de esta manera se reduce el sangrado.
- Si la herida sangra, tápala con un paño o con lo que tengas a mano (pañuelos de papel, foulard, etc.) y presiona para ayudar a taponar la sangre.
- ¡Atención! Si sospechas que puede haber algún cristal dentro, NO aprietes la herida, mantenla en alto con el pañuelo y lleva al niño al médico más próximo. Si continúa sangrando y la sangre traspasa el paño, no lo levantes para ver cómo va, ya que puedes despegar el coágulo que se está formando. Pon más pañuelos encima, sigue presionando y acércate al médico por si tu hijo precisa algún punto.
- Si la herida ha sido por punción, no te fíes del tamaño externo, porque la lesión puede haber llegado a zonas profundas. Actúa de la misma forma: lávala bien, tápala y ve al médico. Si el niño tiene más de 18 meses y ha completado su pauta de vacunación estará protegido contra el tétanos. Si está cerca de cumplir los 4 años (última dosis de la infancia, la siguiente será a los 14 años), es posible que le adelanten la vacuna.
- Si el sangrado es por la nariz, no le pongas la cabeza hacia atrás, porque tragará sangre y es posible que vomite, que aspire el vómito o que los esfuerzos aumenten el sangrado. Mantén su cabeza recta, presiona las aletas de la nariz con tus dedos y un pañuelo y controla el tiempo.
- A los cinco minutos deja de presionar. Si la hemorragia no ha parado y os ha dado tiempo a llegar a casa, coloca una gasa empapada en agua oxigenada dentro del orificio sangrante, dejando una punta para tirar de ella. Si en cinco minutos más no se detiene, llévalo al médico.
- En cualquier herida, al volver a casa aplica un antiséptico y déjala al aire, salvo que esté expuesta a roces. En ese caso cúbrela con una venda (o ponle una tirita), que destaparás a las ocho horas para ver su evolución.
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